Voy a hablaros del último disco, El rincón de los deseos, de la banda
avulense-madrileña Ars Amandi. ¿Por
qué de Ars Amandi? Porque me gustan mucho y creo que deberían tener más éxito
¿Por qué del último disco? Pues por eso, porque es el último hasta la fecha
(aunque, a mi juicio, no el mejor) ¿Por qué a estar alturas (es del 2010)?
Porque me he reencontrado con él esta Semana Santa.
Vamos ya con el disco, tema a
tema, con enlaces para escucharlos pinchando sobre el título de la canción.
Aquí estaré - Buena
canción para empezar. Rápida, con fuerza y con el último instrumento que ha
pasado a formar parte de la banda y de la lista de los manejados por Dani Aller, como protagonista: la gaita.
Deseos - Sobre esos “sueños que están por cumplir”; los
deseos. La temática del disco. Aunque con menos ritmo que el anterior, también
es un buen tema para abrir. Bien colocado. Me gusta especialmente la melodía
con esa base de batería potente.
El monte ha caído - Un
tema que tristemente estará siempre de actualidad. Tratar esto siempre es
difícil. Ars Amandi han conseguido hacerlo de una forma magistral, pasando de
un inicio lento a un final con más fuerza, sin perder el tono trágico.
Fantástico. Para mí, el temazo del disco.
1º de la ESO - Single del
disco. Tengo que reconocer que no me gusta. No sé exactamente por qué, pero no
termino de ubicarla en el disco. Lo mejor, la presencia del actor Javier Aller,
primo de Dani, en el videoclip.
Castellae - En los discos
de la banda viene siendo habitual la incorporación de un tema dedicado a una
ciudad castellana. Este es ese tema y está dedicado a Burgos. Otra de las buenas
del disco. Mucho ritmo, especialmente en el estribillo. Muy pegadizo.
Sin recuerdos - Una
bonita canción dedicada a esa dura enfermedad que es el Alzheimer. Muy elegante
y emotiva, sin perder el ritmo del disco. De nuevo, una base de batería
destacable. Gran composición.
Tiempo perdido - 100% Ars
Amandi. Desde el primer segundo, no hay margen de duda. Lo escuchas y
automáticamente sabes que es de ellos. No solo por la melodía, también por ese
mensaje de fuerza y ánimo para el futuro tan característico de la banda. Y
¿sabéis qué? ¡Seguimos manteniendo el ritmo! Hasta ahora no ha decaído en
ningún momento del disco.
Todo empieza aquí -
Primera balada. Bonita. Los vientos y la guitarra bien combinados.
Paraíso fugaz - Ese divertido
sonido de la dulzaina al que nos tienen acostumbrados y más mensajes de positivismo
de cara al futuro. “Puede que haya un
mundo para ti donde no se esconda el sol”
La tierra se apaga -
Segunda canción con mensaje ecologista. Recupera el ritmo y la batería vuelve a
hacerse notar. Otro tema muy destacable.
Brindemos - Despedida
lenta del disco. Es un claro intento de recuperar la magia del “El bar” de su anterior disco. Creo que
no ha estado a la altura de la composición de Topo (porque “El bar” es original de los vallecanos)
El resumen es que es un buen
disco. He de reconocer que en las primeras escuchas me decepcionó un poco. Me
daba la sensación (que aún se mantiene, pero menos patente) de que era más
blando que los cuatro anteriores. Como si un velo blanco se hubiera posado
sobre el disco. Aunque, como ya he ido diciendo, el ritmo es muy bueno durante
gran parte del disco. La batería me gusta; sonido gordo que hace que esté
presente casi todo el tiempo. No sé si está a la altura de los anteriores, es
cuestión de gustos. Lo que sí creo es que es un álbum lógico en la evolución de
un grupo. Casi desde la publicación del disco llevamos sin saber nada de ellos.
Espero que vuelvan pronto y que lo hagan con fuerza y muchos directos. Sin
tenéis la ocasión de ir a un concierto suyo, id. Lo pasaréis muy bien. Saltos y
diversión asegurados.
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