domingo, 23 de junio de 2013

Crónica de Costas (sala Penélope, 21/06/13)

Cuando uno acude a un concierto de este tipo, solo espera una cosa: pasárselo en grande. Y así suele ser, salvo excepciones. Pero esta vez no fue una de esas excepciones. Fue una divertida noche, a pesar del poco público (menos de 100 personas) con un Miguel Costas bromista (“así vale, si para la gente que hay tampoco hace falta más”, bromeó mientras afinaba su guitarra). Una noche que el propio Costas nombró como especial.



La jornada empezó con Placi & Exministros y su rock clásico y sencillo, pero efectivo, que nos recordó a Los Rebeldes, La Frontera o Burning (especialmente en las lentas). Están presentando su disco Mi viejo barrio que han publicado recientemente. El sonido no fue bueno debido a la acústica de la sala, que deja mucho que desear.


Después de una intro con la canción de Heidi, era el momento de Costas. Un concierto al más puro estilo punk. Es decir, canciones cortas (más que en su versión de estudio), más rápidas, cañeras y enlazando unas con otras. El concierto empezó con varias del nuevo disco, Alguien tenía que hacerlo, y con una división en el público entre los que se sabían las nuevas y los que no. Al sexto corte, un clarísimo punto de inflexión: llegó el primer clásico de su época en Siniestro Total; Assumpta. Ya no había división, todo el mundo se vino arriba de aquí hasta el final. Casi todo el repertorio estuvo basado en el nuevo disco y en clásicos de Siniestro. Me llevé varias sorpresas de lo cañeras que suenan algunas canciones en vivo; como Nocilla, ¡qué merendilla! (que atruena), Caer, Yo estoy bien o Di que no (qué tralla en directo). Como en el concierto anterior, el sonido no fue lo mejor de la noche. En los momentos de más caña, el sonido se convertía en una bola que hacía imposible distinguir los instrumentos y la voz. No es la mejor sala de Madrid, en cuanto a sonido. El resumen es que nos lo pasamos tan bien como corresponde, con grandes temas, un concierto cañero y divertido a partes iguales y los miembros muy simpáticos. Os dejo con el setlist y con unas fotos más (pinchad sobre ellas para verlas más grandes), no sin antes reivindicar la presencia de Costas en los grandes festivales, porque es una de esas actuaciones que levantan al público. Dicho queda.

Setlist:

1. Más madera
2. El Botellón
3. No me da la gana
4. Mueble viejo
5. Caer
6. Assumpta
7. Pueblos del Mundo, extinguíos
8. Vamos muy bien (Obús)
9. Vamos
10. Dí que no
11. Diga que le debo
12. Educados para no pensar
13. Hasta los güevos
14. María
15. Bailaré sobre tu tumba
16. De hoy no pasa
17. Que corra la nicotina
18. Nocilla, ¡qué merendilla!
19. ¿Qué tal, homosexual?
20. Más vale ser punkie que maricón de playa
21. Yo estoy bien, tú estás gordo
22. Bipopilaba

Bises:
23. No somos de Monforte
24. Tipi, dulce Tipi
25. Vil Norberto
26. Todos los ahorcados mueren empalmados
27. Miña terra galega


Placi & Exministros


 

COSTAS












domingo, 2 de junio de 2013

Crónica Sonisphere Rivas 2013

Esta edición del Sonisphere llegó con muchos cambios: una jornada solo en Madrid, doblete en Barcelona, en el Miguel Ríos por primera vez, sin acampada… Todo esto generó mucha incertidumbre por saber cómo iría el festival. Ya podemos decir que fue muy bien, especialmente en lo referente a la música. He estado pensando en elegir un ganador pero me resulta tan difícil que hay dos primeros -Iron Maiden y Avantasia- con actuaciones de Matrícula y dos segundos -Anthrax y Megadeth- con actuaciones muy destacables. Y también un perdedor -Ghost- que nos aburrió mucho. Ahora vamos con todo ello, pero antes, como suelo hacer, quiero empezar mi crónica con los aspectos más negativos. Lo primero, el horario de los Maiden. Casi con toda seguridad, son los propios Maiden los que decidieron la hora, pero ver la mitad del concierto de día no mola. Tampoco creo que sea acertado dejar un show más delicado como el de Avantasia para el final (y menos con el retraso acumulado de casi una hora que hubo). El sonido fue regular durante los grupos que tocaron de día, debido al viento. No se puede culpar a nadie. Y quizá le faltó algo de potencia al sonido durante la actuación de Iron Maiden, sobre todo al principio. El tema de las entradas Black Circle tiene un gran problema y es que cuando esa zona reservada no está llena, el aspecto es de un grupo muy reducido de personas, un espacio vacío y luego el resto del público. Y eso queda mal, muy mal. Cuando está lleno, los 30€ de diferencia entre el último de Black Circle y el primero del resto no llega ni a un metro. En definitiva, no me ha gustado nada este invento. La bebida excesivamente cara y los puestos de comida escasos. Y con esto acabo lo negativo. Vamos ya con las actuaciones.
  

Quería ver a Avantasia sí o sí y en plenas condiciones, así que decidí saltarme las actuaciones de Voodoo Six y October File. Llegué para ver, ya empezados, a Red Fang. Y, aunque no sonaron mal, su stoner rock me resultó demasiado monótono. Poca gente en estos primeros compases del festival. No hay que olvidar que era viernes y que aún hay gente que trabaja (pocos, pero los hay). Seguía Tierra Santa con una actuación correcta, pero algo fría. Empezar con una lenta como Más allá de la vida en un festival no ayuda. Solo con Legendario y La canción del pirata, al final, consiguieron animar más a un público que aumentaba de número por momentos. Una de las actuaciones que había generado interés antes del festival fue la del ex Metallica Newsted. Salió con mucha fuerza y durante toda la actuación no paró de animar a la gente. Como no podía ser de otra manera, el bajo tiene mucho protagonismo en Newsted. La gente se animó mucho con su tema Soldierhead aderezado con los “¡EH!” de Jason. Triunfaron también las versiones de Metallica Creeping death y Whiplahs.  Aún es un proyecto sin madurar, pero si consiguen hacer buenas canciones, aptas para los directos, esto tiene buena pinta. Y para terminar la primera tanda, Ghost. Una actuación soporífera. No sé si sus fans se enfadarán con esto o estarán de acuerdo, pero el caso es que fue un concierto muy aburrido. La gracia de Ghost está en su puesta en escena, todos de negro, con una especie de obispo del lado oscuro. Pero solo con eso no se puede dar un concierto. Es más, a mí no me gustó ni siquiera eso. Es cierto que no les favoreció actuar con sol ni justo antes de los Maiden, pero tampoco puedes pretender animar a la gente solo moviendo tímidamente las manos. En fin, que fueron la gran decepción del festival. De aquí en adelante, todo sobresaliente. Lo vemos por grupos.


Iron Maiden arrasaron. Un espectáculo a lo grande, con mucha pirotecnia, fuego y juegos lumínicos, todo ello en el momento justo. Algunas de las columnas de fuego fueron tan altas que rozaban los focos, a pesar de la gran altura del escenario. Y, por supuesto, los Eddies tampoco podían faltar. Dickinson, como es habitual, no paró de moverse, saltar, correr y animar al público con sus ya legenderios “scream for me Madrid”. Mantiene un gran estado de forma. Pero también el resto de la banda. A Harris le vimos moverse de un lado a otro, con ganas, con una sonrisa siempre. La misma sonrisa que McBrain. Y que el resto de la banda. El loco de Gers y sus movimientos al aire con la guitarra... En fin, todos muy metidos. Y qué podemos decir del repertorio. Fantástico. Todo temazos. Todo clásicos. La línea melódica y elegante de Afraid to shoot strangers, la locura con The trooper  o Run to the hills, la inmejorable puesta en escena de Seventh son of a seventh son, el genial The evil that men do. Geniales, en serio. Con esta actuación, este setlist y esta escenografía han insultado, ninguneado, vapuleado y escupido en la cara a la del Sonisphere 2011. ¿Existe una nota más alta que Matrícula de honor? Porque si existe, eso es lo que se merecen. Lo malo de todo esto es que va a ser difícil verles en una gira tan perfecta como esta. No olvidaremos estas casi dos horas de Iron Maiden en el Sonisphere Rivas el 31 de mayo de 2013.



Iron Maiden


Y lo mejor es que la noche no había acabado, ni mucho menos. Después de reponer fuerzas con algo de comida, era el momento de ir a ver a Anthrax. Con ciertas reservas, la verdad. De hecho, les vi desde la grada. No es un estilo que acostumbre a escuchar en mi casa. Y resulta que fue mi gran sorpresa de la noche. Me habían avisado de que están en buena forma y no les creí. Pero tenían toda la razón del mundo. Dieron un concierto animadísimo, con un Belladona que no paró en ningún momento. Lo que más me sorprendió es la limpieza del sonido, a pesar de la contundencia de su trashmetal. Una nitidez única y un repertorio muy bien elegido hicieron que este fuera un concierto de altísimo nivel. Así es como entiendo yo una actuación en un festival (más si solo tienes una hora); enérgica, con un repertorio de temazos y animando al personal (un “unbelievable” de Belladona demostró que también ellos estaban contentos con la respuesta del público). No faltó I am the law  ni Indians, así como una fantástica versión del TNT de AC/DC que nos volvió locos a todos. Para terminar, el Antisocial de Trust. Un auténtico conciertazo el de unos Anthrax que venían en el cartel un poco a la sombra de los Maiden y Megadeth, pero que con esta actuación dio un auténtico golpe de autoridad en la mesa.


Ya había más de media hora de retraso acumulado cuando saltó Megadeth al escenario. Abrieron con Trust y continuaron con Hangar 18, dos pesos pesados para empezar. Sonaron un par de canciones del nuevo álbum que sale a la venta el 4 de junio, como el que da nombre al mismo, Super collider, que a mí me sonó muy bien en directo. Tampoco faltaron, como no podía ser de otra manera, Symphony of destruction, Peace sells o Holy wars, esta última como bis. El sonido fue perfecto, inmejorable. Sonó muy bien (lo repito, para que quede claro). Quizá la actuación resultó algo fría, al ir después de los animados Anthrax, pero lo cierto es que fue un gran concierto. No solo por el gran sonido, sino también por las tres pantallas propias que animaban los temas con unos vídeos muy trabajados, llamativos y personalizados para cada canción. Y, para redondear, la iluminación del escenario también fue muy acertada. En definitiva, un concierto más que destacable de Mustaine y compañía.


Y para terminar de completar esta tanda de conciertazos llegó Avantasia y nos dejó con la boca abierta. No sé ni por dónde empezar. Disfruté como un enano viendo a Tobías Sammet y al resto de grandes figuras entrando y saliendo; por orden de aparición, Ronnie Atkins (Pretty Maids), Bob Catley (Magnum), Michael Kiske (ex Helloween, Unisonic) y Eric Martin (Mr. Big), además de los coros de Thomas Rettke y Amanda Sommerville. Un elenco inigualable y, lo mejor, todos con una gran actitud. La de Avantasia era la primera actuación en España, como el propio Sammet nos recordó, así que había muchas ganas de verles. Y desde luego que no decepcionaron. Ni las horas (empezaron pasadas las 2.30) ni el frío que hacía ya en Rivas impidieron que fuera una maravilla de espectáculo. La iluminación, las grandes voces, lo animados que estaban todos y las grandes composiciones dieron a la noche un toque fantástico. Uno de los puntos fuertes fue la canción Reach out for the light con un duelo de voces Sammet-Kiske que nos puso la piel de gallina. También lo fue Breaking away que enlazaron con Farewell, con un precioso final a cappella. El concierto lo cerró Sing of the cross con todo el mundo sobre el escenario. Muy grandes. Un genial y simpático Tobías Sammet quiso darnos las gracias a “todos y cada uno” de nosotros por aguantar allí después de más de 12 horas para verles a ellos. Lo único negativo es que nos supo a poco. Fue el propio Tobías el que se encargó de recordarnos que esto no era más que una pequeña parte de todo el show que suelen dar ellos en los conciertos y nos prometió que volverían a Madrid para dar un show completo, en la próxima gira… ¡dentro de cuatro años! Se nos va a hacer muy larga la espera. Lo dicho, inolvidable el concierto de Avantasia. Consiguieron que acabara esta edición del Sonisphere emocionado.


Panorámica durante el concierto de Anthrax

Y así concluyó la edición 2013 del Sonisphere Madrid. Cerca de 28.000 personas, según la organización, casi llenaron el auditorio Miguel Ríos, con el escenario colocado más retrasado de lo habitual, pero no tanto como en el En Vivo. Con esta colocación, yo calculo que el aforo máximo sería de unas 30.000 personas. Se agradece un festival sobre terreno asfaltado, sin polvo, con gradas donde poder descansar tranquilamente, con muchos baños (los propios del recinto y los móviles instalados) y con varias barras para evitar esperas. También está bien que no haya que cambiar el dinero por tickets como en otras ediciones, así nos quitamos colas. En definitiva, hemos ganado mucho con este cambio de recinto. El resumen es que hemos disfrutado mucho, mucho, especialmente con Iron Maiden, Avantasia, Anthrax y Megadeth. Tanto, que dos de estos, el concierto de Iron Maiden y el de Avantasia, entran directamente en mi lista de 4 o 5 mejores conciertos que he visto en mi vida (por cierto, otro de ellos es el de Twisted Sister en otro Sonisphere, el de 2011). En lo musical, este Sonisphere ha sido un éxito.