Tres horas de grandes figuras de
la música para despedir a Ánjel Muñoz El
Reverendo como se merece. Con tono alegre, lejos de los pesados eventos plagados
de adjetivos para ensalzar al homenajeado. Reinó la música y el buen humor,
tanto que la noche empezó con una charanga de un amigo íntimo suyo. No podía ser
de otra manera.
El Gran Wyoming
Uno de los rostros que más tiempo
estuvo sobre el escenario fue el del Gran
Wyoming (se llevó una gran ovación al salir) que pasó treinta y pico años
con El Reverendo actuando. Admitía Wyoming con humor que el suyo
era “el repertorio más rentable de la historia, porque tocamos durante 30 años
las mismas canciones y en el mismo orden”. Sonaron canciones míticas de Wyoming
& Reverendo como Canción de invierno
o Tramperos de Connecticut con la
colaboración del público. Después de tres décadas, volvía a juntarse el mítico
grupo Paracelso. Salían Wyoming, su
hermano José Julián y cía presentados por El Pirata
que decía bien; “manda güevos que haya tenido que palmar El Reverendo para que
vuelvan a juntarse”. Se les vio a todos muy contentos y cómodos sobre el
escenario. Ojalá se lo piensen y decidan dar, al menos, un concierto completo.
Paracelso
El Pirata
La mayor ovación de la noche fue
cuando salió Rosendo para tocar Agradecido con sus inseparables Rafa y
Mariano. Rafa, además de con Rosendo, tocó con más gente como Red House Band -con el vocalista
norteamericano Jeff Espinoza y el
guitarrista Francisco Simón- que fue
la banda del CQC en su primera etapa o Rodrigo
Mercado, el hijo de Rosendo. Precisamente para el disco de Rodrigo fue la
última grabación de El Reverendo. Y si los aplausos alcanzaron máximos cuando
salió Rosendo, imaginaos cuando este presentó a Wyoming para que cantaran
juntos el Maneras de vivir. La piel
de gallina y un Wyoming que lo disfrutó como un niño. Momentazo que vamos a
recordar durante muchísimo tiempo.
Rosendo
Rafa, Mariano, Wyoming y Rosendo
En el escenario dejaron también
su firma Moncho Alpuente (junto a
Wyoming, contando la historia de “dos hombres unidos por un pubis… el de una
mujer, claro”), el toque único de Los
Enemigos, La Bestia -el hermano
de El Reverendo- y El Chino Zapatista
-su primo-, Fernando Martín con una gran interpretación
de Flores Muertas de Desperados con Cristina Narea, Julián Hernández de Siniestro Total poniendo el toque gallego, Totó Munilla y su pop de calidad, José Antonio Romero y Ramón Arroyo haciendo sonar las guitarras
eléctricas, Fernando Palacios junto
a la Rudy Armstrong Quartet haciendo
sonar increíblemente bien unas simples trompetillas de plástico (sí, las
típicas de los niños que se pueden comprar en cualquier tienda de juguetes),
el alemán Andreas Prittwitz con
mucha presencia en los vientos, el gran Javier Krahe (con sus habituales Fernando Anguita y Javier López de Guereña y con Andreas y Antonio Calero), el Cuarteto
Boehm y sus cuatro clarinetes de distinto registro, el gran pianista Kike Jambalaya, el baterista Eric Franklin, el humor de Pepín
Tre con la voz de Tino, Fernando Illán con su bajo, Manolo Villalta y su talento a los
teclados, la intervención del ex CQC Juanjo de la Iglesia, el acordeón de Begoña Larrañaga
y su banda y los que se me olvidan (perdón). Todos geniales en este evento
irrepetible. Una noche “sublime” por ti, Maestro Reverendo.
PD: Además de los recuerdos
imborrables, me llevé el disco “Wyoming & Reverendo. Antolojía 1975 - 2000”
y las firmas en el interior del libreto de Wyoming, Julián, Rafa J. Vegas,
Begoña y Jeff Espinoza. ¡Muchas gracias a los cinco, que fuisteis muy amables!
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