En el Zoo de Madrid ha muerto la elefanta Samy, a los 25 años. Muchas décadas antes de lo que le correspondería, ya que los elefantes en libertad viven entre 50 y 70 años. Los zoos son maltrato y encarcelamiento para animales en unas condiciones que dejan mucho que desear en la inmensa mayoría de los casos. Además, también es frecuente que se vean obligados a actuar de forma antinatural para entretener al público. Hace no mucho tiempo, se montó mucho revuelo porque en un zoo de Dinamarca mataron a una jirafa delante del público y se la dieron de comer a los leones. La gente se escandalizó. Pero quizá deberían saber que sacrificar animales es una práctica común en los zoos, aunque no se haga de cara al personal. En ese mismo zoo de Copenhague, semanas después de la polémica con la jirafa,
sacrificaron a cuatro de esos leones que se la comieron, para dejar espacio a un nuevo león que habían adquirido. También ha tenido revuelo el caso del oso Arturo en el zoo de Mendoza, Argentina.
Este oso polar tiene que soportar temperaturas superiores a los 40 grados y su estado de salud es muy malo. Su pelaje está quemado por el sol. Un ejemplo más de maltrato, en este caso, a una especie amenazada catalogada como "vulnerable". Se trata solo de dos de los casos que más inquietud han levantado a nivel internacional. Pero, tristemente, no son casos aislados. Lo último que interesa en los zoos es el bienestar de los animales. Lo más habitual es que los animales presentan un aspecto enfermizo, muy delgados o con sobrepeso. Estresados o, literalmente, muriéndose de pena. Desde luego, no estamos enseñando buenos principios a nuestros hijos llevándoles a zoos donde los animales viven confinados en espacios muy reducidos que no suelen recrear su hábitat natural, dejándose llevar por la muerte. ¿Os habéis parado a observar la mirada de un chimpancé o de un gorila en un zoo?
Al Zoo de Madrid le gusta dar mucho bombo a los nacimientos de las crías, incluso haciendo campañas para que la gente elija el nombre de estas, con el único objetivo de atraer más visitas que dejen dinero. Hace un año y poco nació la cría de Samy, que se bautizó como Buba -elegido por el público-. Muchos medios de comunicación dieron la noticia. El pasado 11 de julio, Samy murió y nadie lo ha comentado. Samy tenía 25 años, era una hembra de elefante asiático y fue capturada con 3 años. Porque sí, la mayoría de los animales de los zoos han sido capturados y les han arrebatado la libertad. Ahora Samy ha muerto y desconocemos las causas, porque el Zoo no ha informado ni de su muerte ni del porqué de su extrema delgadez. Que Buba se haya quedado huérfana con solo un año de vida ya no parece tan interesante. Ni que Samy haya muerto mucho antes de lo que le correspondía. Que nadie os engañe. Los zoos son solo negocios que lo único que buscan es dinero.
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Imagen extraída de internet |