sábado, 20 de abril de 2013

20 de abril

Cada año nos viene a la cabeza esta archiconocida canción de Celtas Cortos, pero esta vez vamos a hacer un pequeño cambio. De grupo, no de canción. La banda inglesa de folk rock Oysterband hicieron una versión de la susodicha en 'spanglish'. Osease, en inglés todo menos el estribillo, que decidieron cantarlo en español (con acentazo, eso sí). Ahí va:



Los Oysterband y los Celtas son amigos y tienen buena relación. O, al menos, eso parece en este vídeo de 2008 cuando Jesús Cifuentes fue invitado por Oysterband a subir al escenario durante la actuación de estos en el festival Cantabria Infinita. La canción que hicieron, claro, es 20 de abril...

lunes, 15 de abril de 2013

Madrid por la III República, 14 abril 2013

Muchísima gente, más que nunca, bajo un sol que se quiso unir a la fiesta. Había tanta gente que los primeros ya se estaban instalando en Sol cuando los últimos aún no habían salido de Cibeles. La calle Alcalá más bonita que nunca. Cada día somos más y con más ganas. Pero como una imagen vale más que mil palabras...

Panorámica de Sol, cuando el final de la mani aún estaba casi en la confluencia de Alcalá con Gran Vía












viernes, 12 de abril de 2013

Fue mi abuelo

Hay una historia que aquí sucedió 
Que un día esta tierra, reina hambre y dolor 
Ríos de sangre se vieron correr 
Años muy duros llegaron después 

A la derecha vive el militar 
Terratenientes, el clero y demás 
Al otro lado el campesino está 
Luchando duro por poder llevar 
Algo de futuro que ayude a los suyos 
A vivir en libertad. 

No quiero ser quien juzgue 
Tampoco me interesa 
No creo que el olvido sea la mejor manera 
Si algo ha quedado claro 
Después de tantas guerras: 
Que da igual quién dispare 
¡Que ninguna bala es buena! 

Pero lo que no es justo 
Es que siempre el vencido 
Sea el olvidado, el que no sale en los libros 
Que aún quedan muchos caídos 
Que se encuentran en olvido 
En fosas comunes sin hallar. 

Mi corazón se encoge defraudado 
Y al recordar las penas que ha dejado 
Se siente obligado a gritar bien alto 
Por si alguien le quisiera oír. 
Y tantas veces sentado junto al fuego 
Le oí contar las penas que vivieron 
Y aunque pasa el tiempo 
Escucha un momento 
No olvides lo que voy a decir: 
Que ayer fue mi abuelo 
Quien postrao en suelo 
¡Defendió tu libertad! 

Habrán pasado 30 años ya 
Desde la muerte de aquél general 
Fue muy difícil volver a sentir 
Que en democracia se podía vivir. 

Y aunque el rencor no nos conduce a na´ 
Algunas cosas aún siguen igual 
La voz del pueblo no se quiere oír 
Los que gobiernan deciden por tí. 

Se inventan las guerras por pasta y sin pruebas, 
¡Trayendo la muerte a Madrid!



BENITO KAMELAS -Fue mi abuelo-


martes, 2 de abril de 2013

Carta abierta de Cristina Fallarás a Fernando Savater y Rosa Díez

Esta es la carta abierta de la escritora Cristina Fallarás a los miembros de UPyD. Cristina Fallarás está presentando un libro en el que cuenta su propio desahucio, titulado A La Puta Calle.

"Me dirijo directamente a vosotros porque en alguna otra época he comprendido vuestros argumentos. Me dirijo a vosotros atónita, profundamente entristecida y, si cabe, más desesperanzada de lo que acostumbro a pasar esta época siniestra. En fin, me dirijo a vosotros, que ya es algo.
Ambos habéis mentado a Eta, o a su entorno, que es lo mismo, para calificar la labor de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y de rebote, a Ada Colau, más concretamente el escrache. Ese gesto vuestro, esa mención al dolor y a la muerte me parece una de las tácticas más rastreras, viles e innobles que he leído u oído en toda esta confusión. ¿Y sabéis por qué? Porque no decís verdad, y lo sabéis. Porque vosotros sois muy conscientes de que, detrás de las amenazas aquellas a las que aludís, estaba la muerte. LA MUERTE. Porque detrás de cada mirilla dibujada en la puerta de un concejal dormía una bala, una bomba lapa, el final.
Comparar eso con los cientos de miles de ciudadanos que desesperados, DESESPERADOS, salen a la calle a pedirles a los políticos que no permitan su miseria radical y su abandono, que no permitan la creación de una nueva y gigantesca bolsa de exclusión, me resulta repugnante. Claro que utilizan métodos expeditivos. Los mismos que han vivido en sus carnes. Porque os recuerdo, aunque no os hace falta, que si miles y miles de ciudadanos se han quedado sin techo —¡sin techo, joder!— en este país, es porque un puñado de políticos que podía, no ha hecho nada por evitarlo, y otro gran montón se ha parado a mirar cómo sucedía. Os recuerdo, aunque sé que no os hace falta, que hemos contemplado estupefactos cómo los representantes de la ciudadanía ponían todos los medios y caudales para luchar hombro con hombro con los bancos y cajas mientras los ciudadanos perdíamos trabajo, casa y posibilidad de vivir. No de vivir dignamente, no solo, sino de comer. Os recuerdo, aunque sé que no os hace falta, que todos esos ciudadanos que boquean entre la estupefacción y la rabia más humana, más comprensible, no amenazan muerte, bala ni bomba. Sólo interrumpen la acomodada vida de quienes, pudiendo hacerlo, no han movido un músculo para evitar su exclusión social, en el sentido más bárbaro del término.
Qué fácil era reclamarse de izquierda desde las tribunas de un país que era rico, más o menos como ahora. Qué fácil era estar con los pobres, con los débiles, cuando tenían el viaje pagado a Benidorm. Qué dura me resulta ahora la vergüenza que siento."