Si quieres pasar un rato divertido con tu coche no dejes de visitar el parking del Hospital del Sureste, en Arganda. Curvas imposibles, caminos sin señalizar, laberintos de columnas, rampas con inclinación máxima...
Dejemos de lado por hoy el hecho de esperar (en mi caso) más de una hora de pie en un pasillo. El parking del hospital es una suma de fallos desastrosos. Para entrar todo es más o menos normal, salvo por el hecho de tener que pagar por aparcar el coche en un hospital público. La gracia viene al salir. Tendrás que dar una vuelta por el parking, pasar por la entrada en perpendicular y entre columnas para bajar una rampa de inclinación considerable y, al final de la misma, una curva de 90º. Un ángulo recto lo más estrecho posible (todas las paredes hiperrozadas). Después, tendrás que pegar como puedas el coche para meter el ticket en la máquina (mal colocada) y subir una rampa en la que has de abandonar toda esperanza: el coche va a rozar los bajos. Por muy lento que vayas. Si quieres vivir una aventura de maniobras, ves. Si quieres conservar tu coche, mejor no vayas.
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