El domingo 13 de septiembre de 2015 actuaron estas dos figuras imprescindibles de nuestro rock en Móstoles, dentro de la programación de las fiestas de la localidad. Una gran noche que reunió a unos cuantos viejos y nuevos rockeros, dispuestos a vivir el rock, por la cara. Os comento un par de cosas de los conciertos y al final os dejo algunas fotos y vídeos.
Boni fue el primero en subirse al escenario. Él mismo nos dijo que tenía muchas ganas de estar en esta cita ("de abrir la noche para el jefe", dijo) y se notó. Concierto enérgico desde el minuto cero. Sin ninguna duda, él es quien más hereda el espíritu de Barricada, tras la escisión de la banda. Por cierto, quiso tener unas palabras para sus compañeros deseándoles lo mejor y diciendo que han merecido la pena todos los años de Barricada. Un bonito y emotivo gesto. Desde ahora, el panorama del rock español debe tener muy en cuenta a Boni, porque nos vamos a encontrar con un gran directo, mucha actitud del Boni y buenos músicos acompañándole. Solo falta que el personal se aprenda las canciones nuevas. Hay que hacer mención obligada a la ganancia en directo de todos los temas de Incandescente. Explosivo, Desakato, Cuchillas o Lluvia torrencial son algunas de estas nuevas canciones que ganan mucho en vivo. También hubo momento para clásicos de Barricada como Callejón sin salida, Okupación, Pasión por el ruido o Bajo control, e incluso para versiones como Aquí huele como que han fumao de los extintos Koma. Unos 80 minutos que dieron para saber que Boni ha pasado, y con gran nota, el examen post-Barricada.
Rosendo es un seguro. Si vas a un concierto de Rosendo, sabes que vas a ver un conciertazo. Incluso si hay imprevistos como ayer (rotura de cuerdas, lluvia...). Para nada se notó que este era el último concierto de un finde con triplete (viernes en Salamanca y sábado en Vila-real) y el enésimo concierto del año. Sigue en forma. Sus dedos siguen en forma. Su actitud sigue intacta. La que más se resintió fue la guitarra que sufrió rotura de cuerda... ¡dos veces! ("a ver si no se me rompen más cuerdecitas", bromeaba Rosendo, después de la segunda). Esto dio lugar a momentos insólitos en un bolo del maestro: varios cambios de guitarra. Una de ellas en mitad del Masculino singular creando un vacío sonoro que rellenó el público a base de palmas. Al margen de esta anécdota, el sonido fue limpio y el volumen correcto (tirando a bajo), como suele ser habitual. El setlist fue el que ha venido haciendo durante todo este 2015 en los conciertos largos (o sea, fuera de festivales), hasta que llegó la lluvia. Rosendo tiene un gafe con la lluvia, qué le vamos a hacer. Las gotas aparecieron en Agradecido y esto obligó a hacer un cambio respecto a los bises habituales, dando lugar a un final express improvisado con Maneras de vivir enlazado, sin pausa, con Navegando. Y, oye, me gustó mucho. No es mala idea acabar así los conciertos. Dos temazos de sobra conocidos por todos, con mucha tralla y enlazados. Final por todo lo alto. El caso es que acabe como acabe siempre te vas con una sonrisa y ganas de más. Porque es el más grande.