Empecemos avisando de que esto no es una crónica al uso, sino que, más bien, son una serie de reflexiones y mis puntos de vista tanto de la organización como de las actuaciones. Aclarado esto, vamos al lío. Y lo primero que quiero hacer es un llamamiento a la organización: por favor, si hay más ediciones, poned un equipo de sonido acorde a las circunstancias. Ya en la crónica de la primera edición (que puedes leer pinchando aquí) remarqué como único punto mejorable del festival tanto el sonido como el escenario. Ambos se han mantenido. El escenario, para mi, es demasiado pequeño. Esto es cuestión de gustos. Pero también es verdad que un escenario más grande, además de lucir más, ayuda a aportar más sombra a un público que tiene que sufrir el sol de cara hasta el anochecer. Pero el punto que debe ser corregido es el sonido. No se debería repetir más. Es un poco contraproducente llevar grupazos si luego no se van a escuchar todo lo bien que se merecen. Es cierto que no fue desastroso, pero también lo es que fue, durante todo el evento, poco definido. En casi todos los conciertos, las voces eran poco nítidas. Y, en algunos casos, el volumen demasiado bajo (cuando el público cantaba, apenas se escuchaba la música del escenario). Dicho esto, poco más se le puede decir a la organización que no sea positivo. Buenos precios, sin colas ni en taquilla ni para entrar al recinto, pulseras para entrar y salir libremente, puestos de comida dentro del auditorio, sin apenas desajustes en los horarios de las actuaciones... Solucionando el tema del sonido, esto se convierte en un festival de Matrícula de Honor.
Gritando En Silencio: Los Gritando salieron con mucho sol y calor y aún poca gente en el auditorio, aunque aumentó notablemente al final de la actuación. Probablemente tuvieron el sonido más limpio del día. Personalmente tenía muchas ganas de verles, después del conciertazo del final de la anterior gira (crónica aquí). Y digo lo mismo que dije en su día: ¿de dónde saca el aire Marcos para respirar con esas letras tan cargadas? Las nuevas canciones toman mucha fuerza en directo y, ciertamente, quedan mejor que en el disco. Gritando En Silencio son ya grandes. Pero lo serán aún más. Decían que les gusta mucho tocar en Madrid; ¡y a nosotros que vengáis por aquí! Antes de GeS tocaron Desakato, pero no les vi, así que poco puedo decir de su paso por el festival.
Boikot: aún mucho calor, pero no pudimos estarnos quietos. La mayoría de sus temas ya nos los conocemos todos y eso se nota. Concierto muy animado, pero con un sonido bastante regular. No ha sido el mejor show de los madrileños que he visto, pero sí efectivo. Contaron con varias colaboraciones como la de Bode de Porretas y, como curiosidad, al final del concierto tiraron por los suelos la batería, con la emoción del momento. Y aprovecho para decir que vaya máquina es el batera de Boikot.
Siniestro Total: quizá salir después de la fiesta con Boikot les haya perjudicado. A mi me pareció un concierto bastante aburrido. No me termina de convencer este estilo al que han ido derivando los Siniestro con el paso de los años. Es cierto que hay mucha calidad, pero han perdido contundencia en los directos. Tengo la sensación de que ahora son más para escucharlos en conciertos al uso, tranquilamente, más que en festivales. El saxo me satura por momentos. Al final, decidí ir a reponer fuerzas, sacrificando el final de la actuación de los vigueses. Quiero remarcar que me parece muy bien su evolución, aunque a mi no me llegue, y que siguen siendo grandes. Pero me quedo con el gamberrismo de Costas, que sigue fiel al estilo de aquél mítico "Ante todo mucha calma".
Los Suaves: cientos de camisetas del gato negro poblaban el auditorio. Para muchos, seguramente, su última cita con Los Suaves. Con (bastantes) más minutos que el resto de los grupos, iban como cabezas de cartel indiscutibles. Y así se notó en la cantidad de fieles reunidos en el Miguel Ríos; más que en ningún otro concierto. También era, casi con total seguridad, mi última cita con los gallegos. Y lo cierto es que dieron, desde mi punto de vista, un concierto muy digno. El mejor de las cuatro veces que les he visto. Musicalmente, de diez. Descomunales. Y Yosi, bueno, no iba "muy mal". Yo creo que a estas alturas no le vamos a ver mejor. A ratos se le escuchaba y a ratos un poco menos. Pero muy emocionado durante toda la actuación. Despidiéndose del público continuamente, dando gracias por lo vivido. Durante la canción "Ya nos vamos", apenas tocó el micro para recorrer el escenario con una pancarta y las palabras "adiós, adiós". Al final, se ponía de rodillas y se despidió de todos nosotros. Grande Yosi. Me queda la duda de si le pudo la emoción y se despidió antes de la cuenta, porque el resto de la banda alargó notablemente de forma instrumental "La noche se muere", quizá para rellenar los minutos programados. En cualquier caso, me alegra despedirme de ellos con una buena actuación, en la que el único momento en que dejó de sonar la música, fue después de "Dolores se llamaba Lola", para seguir, apenas un par de minutos después, con los bises. El resto del concierto fue de seguido, enlazando temazos hasta el final. Los Suaves, eternos.
Reincidentes: con un poco de retraso salen Reincidentes, para dar una actuación un poco desastrosa. El sonido empezó muy mal y, aunque mejoró un poco con el paso de los minutos, siguió regular hasta el final. Y, para colmo, un setlist con muy pocos clásicos. Aunque, los que sonaron, los celebramos y cantamos. Quizá, dado el ambiente festivo, no habría estado de más meter emblemas de la banda como "Grana y oro". Me dejaron bastante frío (parte de la culpa la tuvo la bajada de temperaturas, ya clásica del Miguel Ríos al llegar la noche), aunque, eso sí, pudimos disfrutar de un tema nuevo sobre la memoria histórica y las cunetas que no tiene mala pinta de cara a su próximo disco en estudio.
Saratoga: a pesar del cansancio y el frío, aún quedaba bastante gente (aunque mucha menos que unas horas antes) en el auditorio, dispuestas a cerrar el festival con la descarga del regreso de Saratoga. Salían casi puntuales, lo cual es de agradecer a estas alturas de la jornada, para generar un tornado de sonido que nos levantó el espíritu a todos. Una actuación sobresaliente por parte de toda la banda, con un Tete que no paró de animar a la gente y lanzar piropos al Rivas Rock. Una pena que las limitaciones del sonido antes comentadas no nos dejaran disfrutar 100% del directo y de la espectacular voz de Tete Novoa. A pesar de ello, nos dieron el mejor directo de la noche. Nos fuimos con un gran sabor de boca y con ganas de volver a verles.
Me pareció que hubo menos gente que en la anterior edición (aunque fuera una diferencia poco sustanciosa). Nos lo pasamos, una año más, en grande. Mil gracias por ello a los organizadores, Bola 9 y Sufriendo y Gozando, y al Ayutamiento de Rivas por seguir apostanto por el Rock. Ojalá que el Rivas Rock siga, por muchos años más, siendo la gran bandera del Rock en la Comunidad de Madrid. De momento, la foto de cabecera del facebook del festival, además de dar las gracias a todos los asistentes, avisa: "Nos vemos en 2016". ¡Así lo esperamos!