Esta edición del Sonisphere llegó
con muchos cambios: una jornada solo en Madrid, doblete en Barcelona, en el
Miguel Ríos por primera vez, sin acampada… Todo esto generó mucha incertidumbre
por saber cómo iría el festival. Ya podemos decir que fue muy bien, especialmente
en lo referente a la música. He estado pensando en elegir un ganador pero me
resulta tan difícil que hay dos primeros -Iron Maiden y Avantasia- con
actuaciones de Matrícula y dos segundos -Anthrax y Megadeth- con actuaciones
muy destacables. Y también un perdedor -Ghost- que nos aburrió mucho. Ahora vamos
con todo ello, pero antes, como suelo hacer, quiero empezar mi crónica con los
aspectos más negativos. Lo primero, el horario de los Maiden. Casi con toda
seguridad, son los propios Maiden los que decidieron la hora, pero ver la mitad
del concierto de día no mola. Tampoco creo que sea acertado dejar un show más
delicado como el de Avantasia para el final (y menos con el retraso acumulado de casi una hora que hubo). El
sonido fue regular durante los grupos que tocaron de día, debido al viento. No
se puede culpar a nadie. Y quizá le faltó algo de potencia al sonido durante la
actuación de Iron Maiden, sobre todo al principio. El tema de las entradas
Black Circle tiene un gran problema y es que cuando esa zona reservada no está
llena, el aspecto es de un grupo muy reducido de personas, un espacio vacío y
luego el resto del público. Y eso queda mal, muy mal. Cuando está lleno, los
30€ de diferencia entre el último de Black Circle y el primero del resto no
llega ni a un metro. En definitiva, no me ha gustado nada este invento. La
bebida excesivamente cara y los puestos de comida escasos. Y con esto acabo lo negativo. Vamos ya con las
actuaciones.
Quería ver a Avantasia sí o sí y
en plenas condiciones, así que decidí saltarme las actuaciones de Voodoo Six y
October File. Llegué para ver, ya empezados, a
Red Fang. Y, aunque no sonaron mal, su stoner rock me resultó
demasiado monótono. Poca gente en estos primeros compases del festival. No hay
que olvidar que era viernes y que aún hay gente que trabaja (pocos, pero los
hay). Seguía
Tierra Santa con una
actuación correcta, pero algo fría. Empezar con una lenta como
Más allá de la vida en un festival no
ayuda. Solo con
Legendario y
La canción del pirata, al final,
consiguieron animar más a un público que aumentaba de número por momentos. Una de
las actuaciones que había generado interés antes del festival fue la del ex
Metallica
Newsted. Salió con mucha
fuerza y durante toda la actuación no paró de animar a la gente. Como no podía
ser de otra manera, el bajo tiene mucho protagonismo en Newsted. La gente se
animó mucho con su tema
Soldierhead
aderezado con los “¡EH!” de Jason. Triunfaron también las versiones de
Metallica
Creeping death y
Whiplahs. Aún es un proyecto sin madurar, pero si consiguen
hacer buenas canciones, aptas para los directos, esto tiene buena pinta. Y para terminar la primera tanda,
Ghost.
Una actuación soporífera. No sé si sus fans se enfadarán con esto o estarán de
acuerdo, pero el caso es que fue un concierto muy aburrido. La gracia
de Ghost está en su puesta en escena, todos de negro, con una especie de obispo
del lado oscuro. Pero solo con eso no se puede dar un concierto. Es más, a mí
no me gustó ni siquiera eso. Es cierto que no les
favoreció actuar con sol ni justo antes de los Maiden, pero tampoco puedes
pretender animar a la gente solo moviendo tímidamente las manos. En fin, que
fueron la gran decepción del festival. De aquí en adelante, todo sobresaliente.
Lo vemos por grupos.
Iron Maiden arrasaron. Un espectáculo a lo grande, con mucha pirotecnia,
fuego y juegos lumínicos, todo ello en el momento justo. Algunas de las
columnas de fuego fueron tan altas que rozaban los focos, a pesar de la gran
altura del escenario. Y, por supuesto, los Eddies
tampoco podían faltar. Dickinson, como es habitual, no paró de moverse,
saltar, correr y animar al público con sus ya legenderios “scream for me Madrid”.
Mantiene un gran estado de forma. Pero también el resto de la banda. A Harris le
vimos moverse de un lado a otro, con ganas, con una sonrisa siempre. La misma sonrisa que McBrain. Y que el resto de la banda. El loco de Gers y sus
movimientos al aire con la guitarra... En fin, todos muy metidos. Y qué podemos
decir del repertorio. Fantástico. Todo temazos. Todo clásicos. La línea
melódica y elegante de Afraid to shoot
strangers, la locura con The trooper o Run to
the hills, la inmejorable puesta en escena de Seventh son of a seventh son, el genial The evil that men do. Geniales, en serio. Con esta actuación,
este setlist y esta escenografía han insultado, ninguneado, vapuleado y
escupido en la cara a la del Sonisphere 2011. ¿Existe una nota más alta que
Matrícula de honor? Porque si existe, eso es lo que se merecen. Lo malo de todo
esto es que va a ser difícil verles en una gira tan perfecta como esta. No
olvidaremos estas casi dos horas de Iron Maiden en el Sonisphere Rivas el 31 de
mayo de 2013.
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Iron Maiden |
Y lo mejor es que la noche no
había acabado, ni mucho menos. Después de reponer fuerzas con algo de comida,
era el momento de ir a ver a
Anthrax.
Con ciertas reservas, la verdad. De hecho, les vi desde la grada. No es un estilo
que acostumbre a escuchar en mi casa. Y resulta que fue mi gran sorpresa de la
noche. Me habían avisado de que están en buena forma y no les creí. Pero tenían
toda la razón del mundo. Dieron un concierto animadísimo, con un Belladona que no paró en ningún momento. Lo que más me sorprendió es la limpieza del sonido,
a pesar de la contundencia de su trashmetal. Una nitidez única y un
repertorio muy bien elegido hicieron que este fuera un concierto de altísimo
nivel. Así es como entiendo yo una actuación en un festival (más si solo tienes
una hora); enérgica, con un repertorio de temazos y animando al personal (un “unbelievable”
de Belladona demostró que también ellos estaban contentos con la respuesta del
público). No faltó
I am the law ni
Indians,
así como una fantástica versión del
TNT
de AC/DC que nos volvió locos a todos. Para terminar, el
Antisocial de Trust. Un auténtico conciertazo el de unos Anthrax
que venían en el cartel un poco a la sombra de los Maiden y Megadeth, pero que
con esta actuación dio un auténtico golpe de autoridad en la mesa.
Ya había más de media hora de
retraso acumulado cuando saltó
Megadeth
al escenario. Abrieron con
Trust y
continuaron con
Hangar 18, dos pesos
pesados para empezar. Sonaron un par de canciones del nuevo álbum que sale a la
venta el 4 de junio, como el que da nombre al mismo,
Super collider, que a mí me sonó muy bien en directo. Tampoco
faltaron, como no podía ser de otra manera,
Symphony
of destruction,
Peace sells o
Holy wars, esta última como bis. El
sonido fue perfecto, inmejorable. Sonó muy bien (lo repito, para que quede claro).
Quizá la actuación resultó algo fría, al ir después de los animados Anthrax,
pero lo cierto es que fue un gran concierto. No solo por el gran sonido, sino también
por las tres pantallas propias que animaban los temas con unos vídeos muy trabajados,
llamativos y personalizados para cada canción. Y, para redondear, la
iluminación del escenario también fue muy acertada. En definitiva, un
concierto más que destacable de Mustaine y compañía.
Y para terminar de completar esta
tanda de conciertazos llegó
Avantasia
y nos dejó con la boca abierta. No sé ni por dónde empezar. Disfruté como un
enano viendo a Tobías Sammet y al resto de grandes figuras entrando y saliendo;
por orden de aparición, Ronnie Atkins (Pretty Maids), Bob Catley (Magnum), Michael
Kiske (ex Helloween, Unisonic) y Eric Martin (Mr. Big), además de los coros de Thomas
Rettke y Amanda Sommerville. Un elenco inigualable y, lo mejor, todos con una
gran actitud. La de Avantasia era la primera actuación en España, como el
propio Sammet nos recordó, así que había muchas ganas de verles. Y desde luego
que no decepcionaron. Ni las horas (empezaron pasadas las 2.30) ni el frío que
hacía ya en Rivas impidieron que fuera una maravilla de espectáculo. La
iluminación, las grandes voces, lo animados que estaban todos y las grandes
composiciones dieron a la noche un toque fantástico. Uno de los puntos fuertes
fue la canción
Reach out for the light
con un duelo de voces Sammet-Kiske que nos puso la piel de gallina. También lo fue
Breaking away que enlazaron con
Farewell, con un precioso final
a
cappella. El concierto lo cerró
Sing of
the cross con todo el mundo sobre el escenario. Muy grandes. Un genial y
simpático Tobías Sammet quiso darnos las gracias a “todos y cada uno” de
nosotros por aguantar allí después de más de 12 horas para verles a ellos. Lo
único negativo es que nos supo a poco. Fue el propio Tobías el que se encargó
de recordarnos que esto no era más que una pequeña parte de todo el show que
suelen dar ellos en los conciertos y nos prometió que volverían a Madrid para
dar un show completo, en la próxima gira… ¡dentro de cuatro años! Se nos va a
hacer muy larga la espera. Lo dicho, inolvidable el concierto de Avantasia. Consiguieron que
acabara esta edición del Sonisphere emocionado.
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Panorámica durante el concierto de Anthrax |
Y así concluyó la edición 2013
del Sonisphere Madrid. Cerca de 28.000 personas, según la organización, casi llenaron
el auditorio Miguel Ríos, con el escenario colocado más retrasado de lo
habitual, pero no tanto como en el En Vivo. Con esta colocación, yo calculo que
el aforo máximo sería de unas 30.000 personas. Se
agradece un festival sobre terreno asfaltado, sin polvo, con gradas donde poder
descansar tranquilamente, con muchos baños (los propios del recinto y los
móviles instalados) y con varias barras para evitar esperas. También está bien
que no haya que cambiar el dinero por tickets como en otras ediciones, así nos
quitamos colas. En definitiva, hemos ganado mucho con este cambio de recinto. El
resumen es que hemos disfrutado mucho, mucho, especialmente con Iron Maiden,
Avantasia, Anthrax y Megadeth. Tanto, que dos de estos, el concierto de Iron
Maiden y el de Avantasia, entran directamente en mi lista de 4 o 5 mejores
conciertos que he visto en mi vida (por cierto, otro de ellos es el de Twisted
Sister en otro Sonisphere, el de 2011). En lo musical, este Sonisphere ha sido
un éxito.