Los arrecifes de coral son uno de los entornos más diversos y completos que hay, pudiéndose comparar con la diversidad de una selva tropical. También son muy delicados. Su base es de carbonato cálcico de origen animal. Estos animales son los corales, que son cnidarios. Viven en comunidades y establecen relaciones simbióticas con zooxantelas, un tipo de algas unicelulares. Necesitan la luz, por ellos siempre están cerca de la superficie y requieren aguas limpias. También la temperatura es un factor limitante; necesitan aguas cálidas, pero no en exceso, por ello suelen establecerse en el lado oeste de los oceános donde las corrientes suelen ser cálidas (por eso no hay en Canarias, por ejemplo, que está en zona de corrientes frías).
Hoy los corales están en peligro: la contaminación de las aguas impide que les llegue la luz necesaria y la subida de temperatura afecta especialmente a este delicado ecosistema.
Además, entre otras muchas amenzas, está la de los barcos. El Shen Neng 1 ha impactado con La Gran Barrera de Coral. Como consecuencia de la colisión, se han vertido 4 toneladas de fuel. Además, inicialmente causó una brecha de 100 metros en la barrera coralina pero los fuertes vientos han desplazado el carguero chino y la brecha se ha extendido a 3 kilómetros de largo y 250 metros de ancho. Por si fuera poco, este desplazamiento sobre los corales ha dejado una capa de pintura del navío que contiene metales tóxicos, los cuales afectarán a toda la vida marina de los alrededores. Se estima que se necesitarán 20 años para que se recupere.
No podemos continuar dando este trato a nuestro planeta. La naturaleza nos regala maravillas como son los arrecifes de coral, en este caso, los de La Gran Barrera de Coral de 34.870.000 hectáreas, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 81 y nosotros nos empeñamos en destrozarla. Espero que se castigue a los culpables de una forma ejemplar.
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