Hace un par de días escuchamos a
la señora Cospedal alardear de la situación de España, respecto a los problemas
en Chipre. Decía que aquí ya no estamos tan mal como allí, que aquí no notamos
la desestabilización de Chipre. La señora Cospedal presume de que gracias a un "cambio
de rumbo", "no ha caído la bolsa ni se ha disparado la prima
de riesgo". ¡Qué bien! Son todo celebraciones. Pero… ¿y si fuera este
Gobierno un poco serio? Si tuvieran un poco de respeto a la gente que le ha
dado el poder, no adoptaría esa actitud triunfal. Si dejaran de mirar esos
papeles llenos de cifras que contentan solo a unos cuantos mandamases europeos,
verían, detrás de ellos, a una población al borde del abismo. A millones de
familias en las que ninguno de sus miembros tienen un trabajo, a cientos de
miles de personas que tienen que acudir a comedores sociales porque no tienen
nada que dar de comer a sus hijos. Es más, a gente que, pese a tener un
trabajo, viven por debajo del umbral de la pobreza gracias a las múltiples
reformas del PP. Un 12,7% de la población vive esa situación conocida como “pobreza
laboral”. Hay más de un 20% de gente que vive por debajo del umbral de la
pobreza, más de un 50% de jóvenes en paro y 2,2 millones de niños pobres en
España. La próxima vez, señora Cospedal, o cualquier miembro del Gobierno,
dejad esos papeles a un lado, mirad al pueblo y sed consecuentes. Gracias.
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